lunes, 17 de octubre de 2011


Zubeldía dio cátedra a Sevilla




Príncipe dejó en claro quién es el “improvisado”, anulando por completo todas las estrategias que intentó el técnico de Independiente, la más obvia atacar por la banda izquierda, supuestamente la más débil de Barcelona debido a la presencia de Roosevelt Oyola por la suspensión de Nazareno, pero el juvenil sacó casta y garra, conteniendo con fortaleza las arremetidas de Ruiz y Ayoví.
Como no le funcionaban jugadores derechos Sevilla cambió de banda a Sornoza, pero el zurdo local tampoco fue más que Roosevelt, quien incluso se lesionó y pidió el cambio, pero Zubeldía apeló a los “huevos y cojones” de Oyola y lo aguantó hasta el final.
Al inicio Sevilla confió en la juventud de sus jugadores, mandándolos con todo al ataque, pero se confundió porque delante no tenía a Emelec, al que humilló 5-0, sino a un Barcelona que aguantó inteligentemente, fue tomando poco a poco el pulso del encuentro hasta equilibrar las acciones y matar con cada llegada de Díaz y Matamoros, el doble diez que propuso Zubeldía.
La estocada final de Zubeldía fue el ingreso de Borghello, percatándose que Independiente había adelantado por completo sus líneas buscando el empate y que sus juveniles ya estaban desgastados por el esfuerzo, el Memo no demoró dos minutos para coger a contrapierna a los dos centrales y con mayor frescura sacó un misilazo que casi le saca la cabeza a Azcona, un gol de banquillo regalo de Zubeldía para su colega en el banquillo rival.
Después Zubeldía le puso candado a la línea de fondo del ídolo con el ingreso de Miguel Ibarra, sacando a Matamoros para protegerlo de la lluvia de tarjetas de Vera, ya que lo necesita como reemplazo de Díaz ante El Nacional. Una verdadera clase de entrenador, como para que Sevilla haya tomado apuntes.

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