martes, 20 de marzo de 2012

BARCELONA BUSCA LO QUE NO TIENE
 


Al leer el título que he usado es probable que ustedes piensen que quiero hacer mención a que Barcelona busca el juego asociado, en colectivo, en querer mejorar estos detalles que ningún equipo puede renunciar a buscarlos. Pero no, el fin de este artículo es tratar de entender, o preguntarme, el porqué el equipo amarillo reitera un plan que está claro no lo lleva por caminos de claridad.
Han transcurrido unos pocos partidos en este inicio del torneo pero hay síntomas que da este equipo: tiene ciertos dilemas en la salida desde la última línea (sobre todo vía Campos), no regula aún una correcta transición limpia entre defensa y medio campo, tiene jugadores que actúan bajo su capacidad individual pero aún no sujeta a una media compacta y sin desniveles, pero aquí viene lo más preocupante del asunto: está abusando del juego aéreo. Y eso no es lo más grave, lo grave es que no tiene un cabeceador o cabeceadores de peso que sean eficaces en ese rubro. Empecé a notar este detalle desde que los amarillos midieron a Técnico Universitario en Ambato, luego Liga de Loja de local, sorprendentemente frente a Independiente José Terán a pesar del terreno no lo usaron tanto y ayer contra Macara fue el abuso hecho realidad. Ayer sobre todo el segundo tiempo centró mucho sobre el arco de Mora y me pregunté: “¿Quien pretenden que cabecee? ¿Lugüercio, Ladines, Mina? Por último vas a usar ese mecanismo podría entrar Montaño, que algo más cabecea. Podrán convertir algún tanto usando ese recurso (como contra Técnico U) pero no será la tendencia ni debe serlo, eso es apostar por el azar.
Sumado a lo que digo hay otros aspectos más profundos, si ustedes leen estos nombres: Amaya, Oyola, Díaz, Matamoros, MJ Quiñónez, J. Ayoví, Lugüercio y N. Mina de seguro se pueden imaginar cualquier cosa menos la necesidad de usar y abusar del centro por arriba. Son jugadores que pueden asociarse, tocar en paredes o triangulaciones, buscar avanzar con criterio ofensivo y unión. Barcelona intenta ensanchar la zona ofensiva, buscar llenar espacios en zona rival creando superioridad numérica pero carece de la claridad, del colectivo en la elaboración y con ciertas bajas formas individuales, Díaz no ha tenido el mismo arranque fulguroso de la pasada temporada cuando llegó en junio, Matamoros es uno de los que ha caído preso de este abuso del centro, Mina es víctima en la pelea y disputa ante centrales en este aislamiento al que se ve forzado.
Los grandes conjuntos, contando con el aval de lo individual, siempre deben sostenerse en un equipo y un juego de conjunto que tenga identidad, que sepa de que agarrarse, hacia donde ir y cómo actuar. Buscar la extrema dependencia de un rendimiento individual desprestigiando la base del colectivo es hacer mal las tareas, es ir al revés. El 2011 gran parte de la alzada final de el equipo de Zubeldia se debió al aporte de Díaz, respaldado por otros colaboradores pero de esa dependencia no se puede vivir, no es lo adecuado, menos aun cuando tienes otros protagonistas en ese medio campo que pueden tomar roles y llevar un juego sincronizado, entender el sentido de la colectividad y sobre todo su valía.
Los equipos jamás pueden dejar de lado sus potencialidades, peor aún por aquellas cosas inexistentes en sus características, en el caso de BSC esto es el juego aéreo ofensivo. Busca lo que no tiene, cuando debe acudir por lo que puede, ir por lo que saben sus jugadores. Esa es la tarea de Zubeldia, enrumbarlos por lo que saben, y sobre todo, por lo que tienen y conocen. Los dejo amigos con la clásica frase de cierre del editorial, en este caso de mi colega y amigo Diego Latorre: "La diferencia de los buenos colectivos es: quiero todo de todos y no una parte de cada uno".
Editorial de David Aguirre (@davidaguirre1)
Fuente: Studio Fútbol

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