viernes, 30 de marzo de 2012

"ESTOY FELIZ EN BARCELONA"


Un incidente con hinchas de Ferrocarril Oeste, tras un partido por el torneo de segunda división, obligó a tomar una decisión trascendental al argentino Pablo Saucedo: escuchar propuestas de otros clubes, ya sea de su país o en el extranjero. Aquello, sumado a una marginación del primer plantel como una represalia por una demanda planteada a la que en ese entonces era su institución, debido a que no precautelaron su seguridad y la de sus familiares a la salida del estadio, fue la antesala para su viaje a Ecuador, un 30 de enero del 2008.
A partir de ese día, el actual defensa de Barcelona empezó a construir una mejoría en lo personal, profesional y económico, pero reconoce que estaba con incertidumbre de dar el paso para jugar en este país, donde reside hace cuatro años. “Surgieron bastantes ofertas, entre ellas las de Universidad Católica cuando estaba en la A y de Emelec, pero por un motivo u otro se cayeron”, cuenta el zaguero.
Tras las fallidas negociaciones surgió la opción de Manta, elenco que en aquellos días jugaba en la Serie B, esto lo hizo dudar por unos instantes. “Todos sabemos cómo es la B, medio complicada, pero yo sabía que me iba a topar con cosas como falta de infraestructura, ir a un partido sin mucha gente, pero también sabía que era una oportunidad y tenía que darle con todo porque si no me iba a ir mal”.
Al día siguiente de la propuesta, el defensa pisó por primera vez suelo ecuatoriano y en esta tierra, sus deseos de éxito y la seriedad que encontró en los directivos del Manta, fueron pilares para conseguir su proyección profesional. Con los atuneros, Saucedo logró el ascenso a la Serie A. De esta forma cumplía uno de sus objetivos: por primera vez jugar en Primera División, pues en Ferro llegó hasta el Nacional B y durante su paso por el San José de Brasil, jugó en la segunda del Brasileirao.
Más grande fue la satisfacción de Saucedo, debido a que él marcó el gol en los minutos finales ante Liga de Loja, con el que los manabitas ascendieron. Pablo recuerda con humor sus primeros días en Manta. Así, durante una tarde salió a recorrer la ciudad y pidió un plato de camotillo, sin embargo, le cayó mal; esto no aminoró su afición por la comida ecuatoriana, pues come toda clase de cebiches y encebollados, incluso su mala experiencia con ese tipo de pescado cambió tras algunos meses, cuando volvió a degustarlo sin problemas.
“Como más comida de acá que cualquiera”, señala con orgullo el defensor. Para el 2009 el panorama mejoró, aunque hubo que luchar por mantener la categoría. “Ya jugábamos con canchas más llenas, equipos grandes, tuvimos algunas dificultades, pero finalmente logramos quedarnos en primera”. Su regularidad y buenas ejecutorias generaron el interés de varios clubes en el 2010, entre ellos, Deportivo Quito y Barcelona. No se dio su transferencia porque Saucedo seguía ocupando plaza de extranjero y los interesados ya tenían ocupados sus cupos de foráneos.
Para lograr la nacionalidad ecuatoriana jugó una temporada más en el Manta, cumplió los tres años en el país y realizó el trámite a través de un abogado. En el 2011 fichó por el Ídolo del Astillero, al cual se refiere como “el equipo más importante del país”. Pablo confiesa que tomó la decisión de naturalizarse porque “en Ecuador, principalmente en Manta, me hicieron sentir importante y tuve oportunidades que en Argentina no, además del cariño que le tengo a este país, acá en Barcelona también la gente me reconoce, eso en mi país es algo que no me pasaba”.
Pero la llegada a Ecuador no solo le cambió su vida profesional a Saucedo, también en el plano personal, pues aquí conoció a la que es su esposa, la manabita Mónica Intriago (foto). “Ella trabajaba en una inmobiliaria en Manta, yo llegué para comprar un departamento y así nos conocimos”. Es y se siente un ecuatoriano más. En sus planes está continuar su vida en el país y cuando deje el fútbol seguir ligado al balompié como director técnico. También tiene planificado poner un negocio.
Fuente: Diario Expreso

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