jueves, 19 de abril de 2012

BARCELONA SE ALEJA DEL LIDERATO


Eran las 19:05 y la Boca del Pozo no asomaba por el Monumental. Un hincha desde las gradas comentó: “Esto no parece Clásico, no hay mucha gente”. La Zona Norte y la Sur Oscura llegaron en buen número, pero la barra de Emelec no se hacía presente en gran cantidad. Sin embargo, esto cambió en cuestión de minutos: “Bombillo mi viejo amigo...”, llegaron cantando los emelecistas que se apostaron en los graderíos de ese sector en un número de 5.000.
Quince minutos antes del arranque del Clásico 194, hubo un duelo de barras. “Vas a ser por siempre mi pasión, Barcelona te llevo en el corazón...”, entonaron los amarillos, mientras que los azules respondieron con un: “Emelec, yo te he venido a ver...”. Un hincha “eléctrico” se tomó su papel demasiado en serio y con un vestido rosado en la mano -el típico de quinceañera con encajes y vuelos- se subió a las mallas y una vez que llegó a lo más alto lo ondeó, toreando así a los canarios. No conforme con esto, se sacó del bolsillo un lienzo que rezaba: 15 años Bas...a, como llaman los “azules” a sus archirrivales.
Antes del arranque del partido, una fanática millonaria fue golpeada por un objeto contundente y retirada -aún consciente- en una camilla del estadio. El partido arrancó y los simpatizantes de ambas barras seguían arengando a sus respectivos equipos. En la cancha el debutante en Barcelona, el DT Gustavo Costas, planteó un 3-5-2, mientras que el estratega de Emelec, Marcelo Fleitas, se la jugó por un tradicional 4-4-2.
En los primeros 45’ el esquema le dio mejor resultado a Emelec, pues Marcos Mondaini, colgado por derecha, eludía con facilidad a Frickson Erazo, quien tenía que multiplicarse por ese sector. Al stopper por izquierda local le llegaban en relevo: si no era el diablo, eran Enner Valencia y Wilson Morante los que subían.
El sistema y la velocidad de Emelec le permitían jugar corto, mientras que los locales le apostaban a los pases largos. Fue un Clásico de tiros libres y córners; en Emelec para cobrarlos se turnaban entre Fernando Giménez y Pedro Quiñónez, mientras que en el elenco “torero” el “dueño de la pelota” era Damián Díaz. A Michael Jackson Quiñónez, conocido en su época de El Nacional como buen cobrador de tiros libres, no se le cedió ni una sola oportunidad de lanzar un centro por esa vía.
Al cabeceo se animaban a lanzarse los defensas de ambos equipos. Por Emelec subían Mariano Mina y José Luis Quiñonez. Este último fue quien anotó de esa forma el tanto de la clasificación de los millonarios a los octavos en la Libertadores ante Olimpia en Paraguay. Precisamente, con un córner llegó el primer aviso del bombillo. Pedro Quiñónez lanzó el balón de derecha a izquierda y a cerrar la pinza llegó Mariano Mina, cuyo remate pegó en el horizontal.
A los 18’ llegaría el tanto de la apertura tras jugada colectiva. Luciano Figueroa realizó una bonita combinación con Valencia, y éste último regateó, enganchó y definió por bajo, dejando a Damián Lanza sin opciones. Antes del gol de Emelec el partido era parejo, pues Narciso Mina y Pablo Lugüercio habían tenido sendas opciones, que Esteban Dreer supo controlar oportunamente, pero luego de éste, el dominio fue azul.
En la zona técnica Costas, que lució una camiseta blanca de concentración de Barcelona y un calentador negro, caminaba de un lado para el otro, mostrándose entre intranquilo y emocionado... Por su parte Fleitas, vestía su típica camisa negra de la suerte y sostenía la característica botella plástica, con agua, de la cual a veces tomaba un sorbo y con la que en otras se desquitaba presionándola al extremo.
A los 26’ Mondaini de cabeza generó un ¡uyyyy! sonoro, cuando tras rematar al palo derecho el arquero local desvió el tiro al córner. Cerca de la media hora de juego, Barcelona se recuperó del golpe anímico del tanto de la visita. A los 35’ Michael Jackson Quiñónez corrió bien por la banda izquierda y lanzó un centro al corazón del área, al cual se lanzó de palomita Narciso Mina, que se quedó a escasos centímetros de conectar de cabeza. Se crecían los amarillos.
Dos minutos después llegó la primera jugada polémica del partido. Díaz habilitó a Narciso Mina y Dreer salió a achicar. Para los emelecistas su portero fue a la pelota, pero para los barcelonistas, incluido el técnico Costas, fue penal. El profesional gritó la falta como si fuese una anotación, mas el central Alfredo Intriago dictaminó lo contrario.
A los 39’ Barcelona se anunció nuevamente con remate de afuera del juvenil local, Carlos Gruezo, que Dreer mandó con una mano por sobre el larguero. A los 44’ Díaz perdió la cabeza por unos segundos. Valencia intentó detener al Kitu, el juez no dio ley de ventaja y pitó falta. El argentino se molestó y estrelló el balón sobre el gramado, lo que originó que el central exhibiera amarillas, tanto al agredido como al agresor.
Con la victoria eléctrica se fueron al descanso. Ya en los segundos 45’, Barcelona aumentó su ritmo y comenzó a llegar por las bandas. Emelec, por su parte, intentó refrescar sus líneas con el ingreso de Fernando Gaibor por Eddy Corozo. A los 51’ llegaría la segunda jugada polémica, en esta ocasión tras empujón de José Luis Quiñónez sobre Narciso Mina. Intriago esta vez sí sancionó penal. Al cobro fue el mismo atacante de “Barcelona” y decretó el 1-1 final. En los últimos minutos el recién ingresado Marlon De Jesús tuvo en sus pies el tanto de la victoria, pero su tiro fue a las manos de Lanza.
Este resultado no benefició a ninguno de los dos, pues Barcelona es quinto con 17 (+5) y Emelec tercero con 18 (+6), con un partido menos, ambos lejos del puntero Independiente, que cuenta con 21 (+6).
Fuente: El Telégrafo

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