Antes del partido había un poco de incredulidad de la afición de Barcelona. Los tres últimos empates del ídolo hacían presagiar que el desenlace del plantel en Casa Blanca sería amargo. Enfrentar a Liga de Quito es un plus y cada encuentro comienza a tomar más fuerza, pero lo mostrado por los amarillos en el césped de Ponciano fue diferente.
Podríamos hasta decir que es el mejor encuentro que ha jugado los toreros en el 2012. Barcelona pudo haber perdido, pero téngalo por seguro que la hinchada salía contenta por lo entregado en la cancha. Eso es lo que piden quienes van a las gradas, cuando se suda la camiseta y si es en la altura tiene mayor valor. El marcador pudo estar para Liga o para los canarios, pero después de ese partidazo eso queda en segundo plano.
Claro que si José Ayoví le daba con mayor fe a ese balón en el último minuto, hoy la torta por los 87 años del Ídolo se la comían con gusto sus fanáticos. Ya con varios días de entrenamiento, el profesor Gustavo Costas se siente más tranquilo y su mano comenzó a sentirse, ojo... y hay que dejar claro que con eso no decimos que ya serán los dueños de la etapa, eso en los números están para otros, pero tampoco se descarta que sea para los amarillos.
Lo bueno de Barcelona en Casa Blanca es que apareció la garra, el empuje y sobre todo las ganas. Damián Lanza mostró que tiene mucho que dar en el equipo, se ha puesto el buzo del plantel; la defensa, a pesar que a veces se pone a pensar en el Día de la Madre, mostró que cuando quiere sacar el resultado lo hace de buena manera, por algo son los escogidos por el técnico de la Tri, Reinaldo Rueda.
El mediocampo, con un Gordo Lucho que es pura entrega, la vuelta de Roosevelt Oyola, quien regresó más maduro a la cancha, un Damián Díaz, quien cuando aplica el freno en la cancha hace pasar a los demás de largo, ese es el jugador que llena la vista del aficionado y que da resultado; un Carlos Gruezo que saca la cara por los juveniles, y en la delantera un Nacho Mina, que está en el camino correcto, y en el segundo tiempo José Ayoví, con su fútbol se dedicó a gritar que quiere ser el hombre que ponga el vértigo en las defensas contrarias, sabe con el balón, lo único que le falta es minutos.
La garra ha vuelto, no quiere decir que con eso se llevarán la primera vuelta del torneo, pero la afición amarilla está contenta, y si eso pasa con los hinchas todo está bien, porque durante estos últimos 15 años ellos han sido lo mejor del equipo. Barcelona en sus 87 años volvió a ser lo que quiere su hinchada, ahora solo falta esperar si el argentino Costas puede sostener eso... que en realidad es lo más duro. Ese es el sentir del aficionado canario en la calle.
Fuente: Diario Extra
No hay comentarios.:
Publicar un comentario