El argentino Damián Díaz salvó a Barcelona al convertir, de chilena, el cuarto gol para el triunfo 4-3 sobre el Cobreloa chileno, en el partido de vuelta de la segunda fase de la Copa Sudamericana, disputado en el estadio Monumental.
El equipo canario inició el compromiso como claro dominador, y al minuto 6 una genialidad de Damián Díaz que apiló rivales en el área, habilitó a Michael Arroyo quien con un remate potente venció al arquero Luciano Palos y marcar el primer gol del compromiso.
Pero, al minuto 8 y en un rápido contragolpe Cristian Canío eludió a Frickson Erazo en el área y habilitó a José Luis Díaz quien llegó por izquierda y colocó el gol de la igualdad transitoria para Cobreloa.
Al minuto 17, un córner desde la derecha elevado por Matías Oyola encontró a Jayro Campos, quien dentro del área y tras un mal rechazo de Felipe Muñoz, sumado a la mala salida del arquero Palos, marcó el segundo gol para el equipo ecuatoriano.
Michael Arroyo al 23, y tras recuperar el balón en el mediocampo se recortó en diagonal y ensayó un remate de larga distancia que el arquero Palos no pudo contener y marcar así el tercer gol para Barcelona.
Pero al minuto 39, Juan Abarca recibió el balón a la salida de un córner por derecha elevado por José Luis Díaz. Un grueso error en la zaga canaria permitió a Juan Abarca marcar el segundo gol para Cobreloa.
Para el segundo tiempo, Barcelona salió a buscar un resultado favorable que le permita clasificar a octavos de final. Sin embargo, al 55 un craso error de Frickson Erazo dentro del área, quien quiso salir con balón dominado, permitió que Patricio Troncoso tome el rebote y marque el gol de la igualdad transitoria.
Al 74, Damián Díaz en una jugada acrobática dentro del área, marcó el cuarto gol para Barcelona, a la salida de un lateral impulsado por Jayro Campos. Al 85 Gonzáles recibió la cartulina roja directa y dejó a Cobreloa con 10 jugadores en el campo de juego.
Con este resultado, Barcelona accede a los octavos de final de la Copa Sudamericana y enfrentará al Gremio de Porto Alegre.
Fuente: El Comercio
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