El esquema táctico de Gustavo Costas le permitió a Barcelona extender la supremacía frente a Emelec.
Gustavo Costas, técnico de Barcelona, mantiene su invicto frente a Emelec. Lo hace porque en la pizarra le ganó otra vez el duelo a su colega Gustavo Quinteros, quien aún no encuentra la fórmula para hacerle daño al cuadro amarillo.
El narigón fue práctico y equilibrado en el planteamiento de su equipo. Se mantuvo fiel a su estilo y armó una sólida defensa que le dio el respaldo suficiente para que los volantes ofensivos y atacantes busquen el arco contrario.
Esa solidez partió de algo que Costas mencionó desde su debut en el banquillo canario, precisamente frente a Emelec. El técnico del Ídolo ha dicho en reiteradas ocasiones que el bombillo "tiene un juego peligroso por las bandas y hay que taparle las salidas". Eso es lo que ha hecho, no solo en el último choque, sino en todos los enfrentamientos ante los eléctricos.
Dos marcapuntas como Giovanny Nazareno y Juan Carlos Paredes, pese a que tienen llegada al arco contrario, el pasado domingo tuvieron prioridad defensiva. Con esa predisposición lograron que Marcos Mondaini y Ángel Mena no logren desbordar con frecuencia. Sumado a ello, por su velocidad, los ofensivos eléctricos también debían cuidar las arremetidas de Naza y la hormiga.
Una vez cubierta la principal fortaleza de Emelec, había que pensar en atacar. La disposición fue hacerlo con astucia y sin desesperarse. Damián Díaz y Michael Arroyo empezaron a hilvanar jugadas, siempre abastecidos por Matías Oyola, quien cumplió con su labor de cortar avances en la zona de volantes y ceder balones para que el Kitu y gambetita desequilibren. El argentino por el centro y Arroyo por los costados.
Mientras Barcelona marcaba diferencias con un mediocampista creativo como el Kitu, Emelec carecía de un conductor, algo de lo que ha adolecido toda la temporada. Otra de las claves que evidencia el mejor trabajo realizado por Gustavo Costas desde la planificación táctica fue la correcta aplicación en las jugadas con pelota quieta.
Oyola fue el ejecutor de un preciso tiro libre y los eléctricos fallaron en las marcas. El llamado a cubrir a Ariel Nahuelpán en el juego aéreo era José Luis Quiñónez, pero tomó la posta John Narváez. Por estatura y corpulencia, el loco ganó y de cabeza marcó.
La falta de respuesta que mostró el conjunto azul fue aprovechada por los toreros, quienes tuvieron la virtud de liquidar el encuentro cuando el rival aún estaba golpeado por recibir el primer gol. El planteamiento práctico en el juego fue bien utilizado por el ídolo, que fue superior y pudo incluso ganar por una mayor diferencia.
FUENTE: Diario Expreso
No hay comentarios.:
Publicar un comentario