"SIEMPRE QUISE VOLVER A CASA"
Apenas terminó el entrenamiento de Barcelona, Jairo Campos pasó por la cocina de la concentración Sigifredo Chuchuca para saludar al personal que labora ahí. Muchos de ellos permanecen en el sitio que dejó a los 17 años de edad, cuando fue transferido al Genk de Bélgica. “Viví mucho tiempo en la concentración, estaba saludando a las personas que trabajan ahí, muy grato encontrarlos nuevamente”, manifestó con un semblante alegre el defensa canario, quien luego de 10 años regresó al club donde se formó futbolísticamente.
A ellos también los suma al proyecto que tiene el ídolo en el presente año. “Ellos con todos los jugadores que hemos venido y los que ya estaban en el plantel haremos un excelente trabajo para sacar adelante a esta gran institución”. Desde el sector destinado para la prensa en la concentración amarilla, el zaguero nacional observa el campo sobre el cual construyó sus sueños. Su mirada se dirige hacia la cancha dos, donde entrenaba cuando estaba en las categorías menores; lo hace porque “la primera cancha era para los mayores”, tal como lo es ahora.
Allí llegó a los 12 años el jugador, que a pesar de ser un niño dejó Carpuela, una comunidad ubicada en el Valle del Chota, y probó suerte en el equipo más popular del país gracias a una iniciativa de Lucio Campos, su tío, pues el hijo de este ya formaba parte de la cantera del elenco canario. “Junto a mi primo Paúl aquí estuvimos jugando, recuerdo que vivíamos aquella época en la Florida Norte, el hecho de que mi tío desarrolle su vida acá fue de mucha ayuda”, rememora Campos, de 27 años.
Sus aptitudes futbolísticas las empezó a mostrar desde pequeño con la camiseta amarilla hasta el punto de que cuando tenía apenas 15 años fue invitado a las prácticas de los Sub 20, que en ese entonces estaban bajo la batuta del técnico José María Andrade. El internacional ecuatoriano también recuerda que en su proceso formativo con Barcelona fue dirigido por Rémulo Sotomayor y Juan Triviño. “Fue una linda época, me sirvió para madurar en muchos aspectos”.
Sus cualidades lo llevaron al balompié europeo. Reconoce que nunca existió resentimiento con la directiva presidida por Leonardo Bohrer por haberlo transferido. “El club vendió mi pase y me tocó irme, me fui muy bien de aquí”. Volvió al país, y tras ganar cinco títulos con Liga de Quito (tres de ellos internacionales), un campeonato con el Atlético Mineiro brasileño y recientemente un torneo nacional con Deportivo Quito, Campos está de regreso en Barcelona para devolverle los días de gloria a la institución canaria.
Fuente: Diario Expreso
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