Dura exigencia a porteros |
Aragón, Morán y Pinos quedaron exhaustos tras ser sometidos a fuertes trabajos especiales.El golero Rorys Aragón hace un gran esfuerzo y llega con las justas a desviar el balón lanzado por Maximiliano Cuberas, asistente de campo. Aragón se queda acostado exhausto y respira con dificultad. Necesita tomar dos sorbos de agua para ponerse de pie. De 28 años y 1,89 de estatura, el esmeraldeño se defiende bien en los remates por arriba, pero tiene dificultades con los que le llegan por abajo: tarda en agacharse. Walter Rolando Guerrero, preparador de arqueros, le pide más agilidad y rapidez. Rorys Aragón, con sus compañeros de oficio Carlos Morán y Jorge Pinos, cumplió ayer un exigente trabajo en el último entrenamiento de Barcelona en Quito. Mientras en el centro de la cancha de la Casa de la Selección, el resto de los jugadores ejecuta movimientos físicos sin mayor exigencia, los tres goleros entrenan intensamente en el arco norte. Ellos trabajan con doce balones. El director técnico del equipo, Luis Zubeldía, y el segundo asistente, Carlos Gruezo, colaboraron también con la preparación. Luego el turno fue para Morán, el primer refuerzo del equipo guayaquileño para el segundo semestre. Él tiene buenos reflejos y capacidad de reacción. Con una gran estirada desvía con la mano izquierda el remate de Guerrero al ángulo superior derecho y es aplaudido por el técnico Zubeldía. “Bárbaro, Carlos, así nadie nos hace un gol”. El golero de 34 años, de rodillas en el área chica y con signos de cansancio, levanta la cabeza y la mano derecha como respuesta. Jorge Pinos entra en acción. Se le nota un tanto nervioso y se muerde el labio inferior. Walter Rolando Guerrero le pide no adivinar sino mirar primero la pelota para lanzarse. De 22 años, el quevedeño detiene el balón enviado por Zubeldía. Pero se tarda en incorporarse y no llega a la pelota pateada por Gruezo, que ingresa por el ángulo superior derecho. Guerrero bromeando dice al exatacante: “Negro no seas grosero con el muchacho”. Pinos vuelve a pararse en el centro del arco. Ahora debe tratar de llega r a los remates de Cuberas y Zubeldía. El debutante guardameta en el primer equipo de Barcelona abre las manos, respira profundo, da un paso y se lanza a la derecha. Llega al primer remate y es animado por sus compañeros para que se levante rápido. Lo consigue apretando los puños y termina haciendo bien el ejercicio. El preparador de goleros se acerca y le da una palmadita en la espalda. Hacen un breve paréntesi s para hidratarse. Después de ocho minutos se dirigen a la piscina. El experimentado Iván Hurtado, en cambio, dijo que los días de concentración en Quito les ayudaron mucho en la convivencia interna, especialmente con el cuerpo técnico recién llegado. Los jugadores toreros, que regresaron ayer en la tarde a Guayaquil, volverán hoy a trabajar. |
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