viernes, 19 de agosto de 2011


La táctica según Luis Zubeldía 


Editorial de Roberto Bonafont sobre el inteligente dispositivo táctico del técnico amarillo.
Luis Zubeldía aspiró silencio y provocó ruido. Aspiró anonimato y detonó notoriedad.
Quiere una buena campaña y todos desean la hazaña. Porque en Barcelona todo se
 transforma en conmoción casi a pesar suyo. Su desapego a la ostentación, su voz creíble,
 su imagen cargada de cautela, su rostro con expresión ganadora, fueron elementos para
 el desborde emotivo que arrasó con todo. Tiene la didáctica simple de un orientador sin
mistificaciones. Es un paciente analista que desde el costado de la cancha observa con
apariencia impasible la consolidación de sus dibujos estratégicos.



Está creando un inteligente dispositivo táctico: una línea de cuatro en el fondo. Dos volantes:
uno defensivo (Duscher); otro talentoso y eje del equipo (Díaz). Dos extremos que colaboran
en medio juego (Matamoros y De la Torre), y dos delanteros netos. Pero como esto no alcanza
 para las exigencias de un torneo tan severo. Optó por fabricarle un auxilio al marcador lateral
 y obligó a que el extremo se retrase y realice doble marca por la banda. El achique es un
 riesgo calculado: parece que se corre más, pero no es verdad, se corre menos si la ejecución
 es correcta. Los delanteros tienen más respaldo porque el equipo se acorta y se aprovechan
mejor los claros desocupados.



¿Qué pretende Zubeldía? Velocidad con la pelota, dinámica sin perder precisión. Agilidad en los
 desplazamientos de piernas para transitar velozmente. Cuando un jugador pasa la línea de
volantes rivales, tiene que saber cambiar el ritmo del balón y llegar al fondo de la cancha.
Si el equipo toca y toca en el medio, y se queda en ese argumento, eso no sirve. El DT sabe
 que el error más grave está en perder un balón en el medio, cuando el rival corta una pelota
 en esa zona, elimina dos líneas de golpe. Cuando se desaprovechan balones, se debe a una
 desorientación de la posición colectiva, por ir lento a todo: en el pase, en el dominio, en el juego
 sin pelota, en el apoyo, también por el desgaste innecesario. Queriendo correr menos, el equipo
 termina corriendo más por correr mal la cancha. ¿Por qué se pierde el balón? Por la lentitud
de ejecución en el toque. El fútbol se basa en automatismos colectivos que están por encima de
 las individualidades. Una virtud que lo ha distinguido a Zubeldía, el ir a buscar el partido en
 campo adversario, de no quedarse a esperar lo que el destino pudiera depararle. Barcelona
presiona y juega al ataque porque controla los rebotes, se adueña de los rebotes y en ofensiva
tiene opción a una segunda jugada de combinación o tiro al arco; en defensa se evita la contra
del rival, porque no se desperdicia la penúltima pelota.

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