Lograr un punto de visitante es, desde todo punto de vista, positivo. Pero, para Barcelona, ayer más que alegrarse hubo sentimientos de malestar, ya que perdieron la oportunidad de seguir como líderes en solitario.
Gustavo Costas pedía a gritos a los jugadores canarios soltarse al ataque para buscar el gol del triunfo, pero ya no quedaba tiempo y tuvo que resignarse con el empate ante Independiente del Valle en el estadio Atahualpa. El estratega argentino reconoció que el resultado les dejó un sabor amargo, ahora el ídolo comparte el primer lugar de la segunda etapa con Macará y Olmedo.
Barcelona jugó una vez más de local en la capital de la República. Casi la totalidad de los diez mil aficionados que acudieron al Olímpico Atahualpa, estuvo identificada con los colores del equipo guayaquileño. Los jugadores toreros sintiéndose respaldados por su hinchada, salieron con gran vocación ofensiva.
Damián Díaz y Michael Arroyo desequilibraban por el costado izquierdo. Los zaguero Jesús Solís y Edgardo Balbuena tuvieron que esforzarse para auxiliar en la marca al lateral Luis Caicedo, quien se fue expulsado a los 76 minutos por juego brusco.
El equipo guayaquileño dio dos avisos en los primeros ocho minutos. Los pases salieron de los pies del argentino Díaz. Él jugaba amonestado, ya que el árbitro Diego Lara le sacó de entrada tarjeta amarilla por, supuestamente, provocar a un rival que lo empujó. La decisión arbitral fue protestada airadamente por los aficionados.
En el primero, el zaguero José Luis Perlaza no pudo cabecear en la boca misma del arco del conjunto sangolquileño. En el segundo, Narciso Mina fracasó en la definición ante la salida desesperada del golero paraguayo Librado Azcona. Barcelona manejaba la pelota. Michael Arroyo, por tercera ocasión, vació por la izquierda a la zaga adversaria, pero su pase final no llegó con precisión a Damián Díaz.
Los canarios se descompusieron sorpresivamente en los últimos diez minutos. Aflojaron las marcas en el medio campo, lo que permitió a los del Valle arrimarse con peligro sobre los predios de Lanza, algo que no había ocurrido en los minutos previos.
El carrilero izquierdo Cristian Ramírez se proyectó a la ofensiva y sacó un potente remate bajo, que fue bloqueado a medias por el golero Damián Lanza y en la línea misma apareció el brasileño Adao para enviar la pelota al fondo de las redes. Sin embargo, el línea Luis Vera ya tenía levantada la banderola por fuera de juego del atacante del Independiente.
Luego, Daniel Samaniego intentó sorprender con remate de media distancia al golero Lanza, quien estaba salido.
La tónica del partido se repitió en la segunda etapa: Barcelona con el control del balón y recargado el trabajo ofensivo por la izquierda con Díaz y Arroyo. El argentino hizo una de más en el área, perdiéndose una clara ocasión de anotar. A renglón seguido fue sustituido por José Ayoví y se fue molesto.
El técnico Sevilla soltó las amarras e hizo ingresar al rápido delantero Armando Solís por el volante de corte Henry León. Independiente se quedó en inferioridad numérica por la expulsión de Luis Caicedo. Pero se adelantó en el marcador por la vía del penal, por supuesta falta de Perlaza sobre Ayoví. Daniel Samaniego venció al golero Lanza.
El argentino Juan Carlos Ferreyra, quien había sustituido a Miguel Ibarra, falló desde el punto penal. Cuando los seguidores canarios comenzaban a desesperarse, Brayan de la Torre escribió el empate.
Fuente: Diario Expreso
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