El argentino Gustavo Costas termina satisfecho después de los partidos, por lo que él llama la "respuesta de los jugadores". Sin embargo, eso no alcanza para lograr los resultados que la dirigencia y la hinchada de Barcelona esperan.
Cuando el ídolo ha disputado nueve fechas, el técnico se da cuenta de que se falló en la pretemporada, que no debieron irse a El Oro y que empezaron tarde los trabajos. Han llegado las excusas cuando se espera que como capitán de la nave, el estratega aporte soluciones. Eliminado de la Copa Libertadores de América y casi fuera de discusión por ganar la primera etapa del torneo, parece ser tiempo para hacer correctivos.
En nueve partidos disputados en el torneo doméstico, los toreros han cosechado once puntos. Está en la séptima posición a trece unidades del puntero (Emelec) y a siete de su rival de ayer, Liga de Quito.
En la versión 2013, Barcelona no es un equipo con variantes tácticas que lo hagan revertir un marcador negativo y lo fundamental: no tiene gol. Las ganas de Ariel Nahuelpán no son suficientes. En la banca descansa Gonzalo Castillejos, un ariete contratado para suplir la ausencia de Narciso Mina, pero que ha hecho que con sus errores y su escasa presencia goleadora se sienta aún más la falta del goleador del torneo anterior.
También hay que sumar a Nicolás Olmedo, que también fue contratado como refuerzo y casi no ha jugado. Costas sigue aferrado a sus jugadores, pese a que estos no están respondiendo. Damián Díaz tiene bajones futbolísticos más frecuentes, Mathías Oyola ha dejado de ser el pulmón recuperador de la media cancha, y Michael Arroyo está lejos de ser el elemento desequilibrante y con gol del año pasado. La afición barcelonista pide cambios y el técnico debe entender que es el momento de dejar de alinear según los nombres y poner a los buenos jugadores.
FUENTE: Diario Expreso
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