viernes, 27 de enero de 2012

ZUBELDÍA,EL ELEGIDO

Nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión. El pueblo va a la tribuna a sentir, no va a pensar. En el Monumental de Barcelona, el fútbol es enemigo del silencio. Y el rugido no lo pone el entrenador, por muy barítono y gesticulador que sea, ni los locutores, por sus veloces relatos o los directivos por lo que protesten. El susurro, ambiente calificador, lo marca la multitud (miles de almas apiñadas, transpiradas, rugientes, ansiosas por el espectáculo posible), y su tonalidad es como un juicio estruendoso que, emite veredictos en cada jugada, a cada instante. Luis Zubeldía es el elegido de la multitud canaria. Un joven estratega que prefiere los errores del entusiasmo a la indiferencia de la sabiduría. La táctica en su fútbol es conocimiento organizado.

Zubeldía nos recuerda a un filósofo que no podía caminar porque pisaba su barba y terminó cortándose los pies. En palabras pobres es un DT que no se traiciona. Sus jugadores interpretan cada una de sus palabras como si fueran mandamientos, letra por letra. El entrenador ha dejado su sello ganador y vistoso para el espectador. En la temporada pasada su equipo tuvo el destino que no mereció. Toda su filosofía se resumía en una frase: "El espíritu optimista es más fuerte que el cuerpo". En 2012, la intención del 3-4-3: dos centrales y un libre que permite ganar un centrocampista. Puede ser un acierto si los laterales entienden cada jugada como un reto definitivo en el repliegue y despliegue. La idea es que desde el eje del mediocampo se mantenga la posesión del balón.

La presión colectiva es una identidad de su equipo; se acosa al poseedor del balón, para que el resto del bloque defienda las líneas de pase, para generar recuperación directa o indirecta. Se pretende el acoso continuo para limitar la capacidad de maniobra del rival; quitándole espacio y reduciéndole el tiempo, tanto táctico como físico, para que pierda precisión o ataque directo. Modelo de juego visitante: presión y contraataque, ataque combinativo, superioridad numérica por los extremos y recursos en acciones a balón parado.

Impedir los cambios de orientación del contrario, teniendo jugadores escalonados en vigilancias ofensivas, para tras recuperación del balón, enlazar con la transición defensa - ataque. Transiciones a lo Zubeldía: Existen dos momentos importantes del juego: el momento de ganar el balón y el momento de perder la pelota. Cuando se pierde la pelota el equipo cae en la desorganización momentánea, y es cuando mejor organizado Barcelona debe estar (juego de posición). Transición cuando gana el balón y transición cuando pierde el balón: son dos momentos clave del encuentro.

Uno contra uno, presión y ataque desde el anticipo. Zubeldía propone un juego de presión en todos los sectores del campo. Exigiéndoles a sus jugadores una gran intensidad. Y, a partir de allí, que los pases sean verticales. En el fútbol como en la vida, un hombre es lo que piensa que es. Hay que tratar de ser el mejor, pero jamás creerse el mejor. El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad, el técnico Luis Zubeldía está en esa cuerda.

Roberto Bonafont, columnista

Fuente: Diario Expreso

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