Ayer los gestos del argentino Luis Zubeldía, técnico de Barcelona, intentaron comunicar más que sus palabras. Cuando en la rueda de prensa, tras el triunfo de 3-1 sobre Deportivo Cuenca, le consultaron sobre el arbitraje, se despojó de su gorra, se rastrilló la cabeza, tomó aire, exhaló... y se quedó en silencio durante varios segundos.
Así Zubeldía prefirió ahogar su criterio de la conducción del juez central Roddy Zambrano, quien expulsó al volante canario Hólger Matamoros (le mostró doble amarilla), y también a Carlos Castro, zaguero de Deportivo Cuenca, por una agresión a Damián Díaz, quien por provocación también se ganó una amonestación (posteriormente salió expulsado Edder Fuertes, en el conjunto cuencano).
“Normalmente si tengo algo que decir lo voy a decir, pero el tema es que por salud de Barcelona, prefiero que esa situación la manejen los dirigentes nuestros”, explicó el DT para evitar emitir un criterio sobre Zambrano.
“Los dirigentes, en esta semana, harán su apreciación sobre el partido, verán si las expulsiones fueron o no (justificadas), si hubo penal o si hubo faltas o no. Pregúntenle a los directivos, prefiero guardar silencio para que yo no le haga un mal a Barcelona”, expresó el entrenador, quien el año pasado fue sancionado y expulsado reiteradas veces en el segundo semestre por sus reacciones en contra del arbitraje.
“Hay momentos en los que tengo que hablar, pero otras veces prefiero el silencio”, reiteró Zubeldía. No obstante, el entrenador canario lamentó no poder contar con Hólger Matamoros para la siguiente fecha contra Técnico Universitario. “Nos preocupa su salida, porque él es un motorcito”.
El resto del equipo no le preocupa a Zubeldía, ni la zaga integrada por los debutantes Jayro Campos y Frickson Erazo, quienes tuvieron fallas en determinados momentos, pero para el DT “estuvieron muy bien”. Zubeldía también agradeció “la calma y paciencia de la hinchada, que nos ayudó a ganar el partido”.
Fuente: El Universo
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