martes, 7 de febrero de 2012

¡QUE LA RISA NO PARE!


De las 32.669 personas que pagaron su entrada para ver a Barcelona y dejaron una taquilla 142.150 dólares, 32.500 salieron con una cara de felicidad al término del partido número 500. La felicidad todavía les dura a los hinchas amarillos y hasta se olvidaron de las deudas. Esa sonrisa la quieren mantener hasta diciembre. Los fanáticos fueron a sus trabajos con una felicidad que piensan incrementarla el próximo domingo cuando el conjunto torero enfrente al Técnico Universitario, en Ambato.
El Barce del 2012 hace ilusionar a su pueblo y prueba de esto, en la gran asistencia de hinchas en los dos últimos partidos: la Noche Amarilla y el que le ganó al Deportivo Cuenca 3-1. Entre ambos sumaron 600.000 dólares en taquilla. Sin embargo, la dirigencia quiere que sigan respaldando al plantel porque la meta es conseguir la estrella número 14, esquiva desde hace mucho tiempo. El ídolo en dos encuentros metió más de 100.000 personas... solo los toreros lo pueden hacer.
Barcelona ante el Cuenca mostró fútbol y ganas, lo que la fanaticada quiere y qué mejor comenzar ante un duro rival que estuvo cerca de dañar la tarde amarilla. Lo mostrado por los jugadores canarios en el encuentro contra el expreso austral les da la confianza y los fortalece en su objetivo de asegurar el primer lugar en esta etapa que empezó y que desde ya demuestra que hay equipos bien conformados como Emelec, Emelec, Liga de Quito y el campeón D. Quito.
Luis Zubeldía se las jugó con gente joven; lo mostrado por el mundialista Cristian Cruz fue para el aplauso, todos sus centros llevaban la marca de gol, se cansó de dar buenos pases y jugó como si tuviera muchos años de experiencia. Pocos pensaban que el DT se las iba a jugar por el defensa del pasado Mundial Sub 20, lo mismo pasó con Carlos Gruezo, el mundialista Sub 17, quien con poco entrenamiento en Barcelona demostró que está para cosas grandes, se lo veía como si estuviera jugando con sus compañeros de selección.
“Estoy feliz por la confianza que me dio el entrenador y gracias a Dios comenzamos ganando el partido, quiero demostrar todo lo que puedo darle al equipo”, dijo Cruz, uno de los pelados más felices del equipo y nacido en la cantera del ídolo.
Tantas eran las ganas de jugar del argentino Pablo Ariel Lugüercio que no se dio cuenta que su camiseta todavía tenía la etiqueta que señalaba la talla, precio y hasta el código de barras. Lo que el payaso quería era jugar y vaya que lo demostró. En apenas 4 minutos, el gaucho dijo en su mente: “señores, anoten mi nombre, porque vamos para la estrella número 14 del ídolo”. La etiqueta en su camiseta se vio en el festejo del gol. Ahora hay que ver si el payaso lo toma como cábala; si es así, que los utileros no le saquen las etiquetas a las camisetas, la idea es que el delantero siga haciendo goles.
Lo de Damián Díaz es volver a decir lo que todos saben: el tipo es un mago con la pelota, juega y hace jugar; claro que a veces se engolosina con el balón, pero eso es culpa de la dirigencia que no le regaló una pelota en Navidad para él solito. El Kitu tiene magia en sus pies. Los pases gol son para meter la pelota, como lo hicieron Lugüercio y Narciso Mina, quienes están para aprovechar lo que el Díaz sabe hacer con el balón.
El exfutbolista de Liga y el Quito, Jairo Campos, en una jugada demostró que no basta con solo defender, porque cuando tiene la posibilidad sube y con ganas de anotar. Ante el Cuenquita la tuvo cerca y con eso demostró que está para convertir goles, como las que hizo en el equipo chulla.
Fuente: Diario Extra

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