Barcelona tuvo anoche los ocho minutos más “escalofriantes” del año y, sin duda, los más críticos desde que el técnico argentino Gustavo Costas llegó al club en abril de 2012.
Para algunos quizá esa afirmación sea exagerada, pero la escasa producción de juego ofensivo y los constantes errores defensivos la acercan a la realidad. El mismo Costas se encargó de analizar aquello después de casi 90 minutos de desesperación. “Fueron ocho minutos para el olvido”, dijo el estratega.
¿Qué pasó en ese lapso? A los cinco, Andrés Ríos marcó el primer gol del partido y a los ocho Víctor Estupiñán anotó el segundo, lo que desató una ola de críticas contra el cuerpo técnico. En medio de la desesperación canaria, el volante Michael Arroyo, a los 25 minutos, anotó el gol del descuento.
Pero para apagar esos cuestionamientos y recuperar el dominio del partido, Costas sacó de la cancha a Juan Carlos Paredes y dispuso el ingreso de José Ayoví. Esa variante le otorgó mayor dinamismo al juego de los canarios y despertó al equipo. Y es que fue precisamente Ayoví el que habilitó a los 36 minutos a Carlos Quinteros para que anotara el tanto del empate.
Pero aún había sorpresas y las frecuentes equivocaciones de los defensas del cuadro local vaticinaban que el Cuenca marcaría más goles. Y así ocurrió. Un minuto antes de que terminara el primer tiempo, José Granja marcó el tercer tanto para el cuadro morlaco.
En el segundo tiempo, Barcelona salió al campo de juego con una actitud distinta y Christian Penilla marcó el tanto del empate (3-3) a los 70 minutos. El partido de ayer dejó más dudas que certezas en el equipo amarillo.
Una de ellas es que Costas necesita urgentemente que el argentino Andrés Franzoia y el colombiano Wilder Medida, se acoplen al funcionamiento del equipo y a su propuesta táctica para que aporten con más ideas en la zona de ataque. Esa ha sido una de las principales falencias del conjunto guayaquileño desde que dejó el grupo el argentino Damián Díaz.
Lo que hasta el momento aporta Arroyo no es suficiente para generar jugadas de peligro en el arco rival. El mismo Costas llegó a esa conclusión después del compromiso. “No podemos cargarle todo el partido a Arroyo, necesitamos que lo acompañe un buen socio”, destacó.
FUENTE: El Telégrafo
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